De Luciernaga a Mosca.

Cuando el espectro de la guerra recién comenzaba a asentarse en el paisito y los que estábamos como “espectadores” no sabíamos a ciencia cierta cuando nos iba a tocar recibir la carta de desahucio, surgían en la oscura noche del miedo “luciérnagas” que alumbraban nuestro optimismo y nos daban aliento para seguir en la procura de un El Salvador con justicia y libertad. Una de esas luciérnagas sin lugar a dudas era Joaquín Villalobos.

El comandante “Atilio” era considerado por muchos entendidos como uno de los mejores estrategas que tenía la guerrilla, sus audaces y espectaculares golpes a la fuerza armada “asesorada” y equipada por los USA recorrían el mundo y le daban al ejército guerrillero peso y prestigio.

Sin embargo la vida de Joaquín ha sido hasta cierto punto trágica. “Atilio” pretendiendo ser un comunista, apuntó a la cabeza de Roque Dalton, argumentando que el poeta era un pequeño burgués peligroso para el movimiento, un “error de juventud” que lo perseguirá toda la vida.

Han pasado más de 15 años de la firma de los acuerdos de paz y encontramos con tristeza y decepción a un Joaquín Villalobos al servicio de la clase que el combatió implacablemente. Que paso con “Atilio” y su visión revolucionaria? Desde la tribuna más recalcitrante de la oligarquía salvadoreña (el diario de hoy) Villalobos vomita desde hace algún tiempo una sarta de mentiras y medias verdades que han transformado su figura de luciérnaga en la de una mosca, producto talvez de la podredumbre de sus nuevos patrocinadores.

En su último editorial del 30 de Diciembre en El Diario de Hoy, la derecha deja en claro su desesperación por aferrarse al poder y se sirve de la comprometida visión de Joaquín para darle “credibilidad” a la ridícula noción de los “grupos armados” que se inventaron los narcoarenazis para ganar posiciones en el electorado, “un tiro que les salio por la culata” de acuerdo a las ultimas encuestas.

“Atilio” tiene todo el derecho de criticar a sus antiguos compañeros, también tiene derecho a aspirar a una vida tranquila y holgada como lo hacen los otros “comandantes” de la alta dirigencia del FMLN, se lo ha ganado a pura sangre y sacrificio. Lo que se le cuestiona aquí es ser parte de la orquestada campaña de la derecha por mantener el poder, de no hacerlo desde una tribuna independiente y constructiva.

La tragedia de “juventud” de Atilio fue apuntar a la cabeza de la poesía, a sus casi 58 años la tragedia de Joaquín Villalobos es el de haberse convertido en una mosca que aspira a pasearse por un rico basurero llamado oligarquía.