El saber es el filtro por donde debe pasar toda realidad para obtenerla más purificada.
En estos meses he estado muy ligado a lo que es el aprender y el enseñar, he sido testigo de como un joven maestro pasa horas preparando clases y hablando sobre los sin sabores y las recompensas del proceso educativo en la juventud actual, del divorcio que existe entre los problemas reales de determinados segmentos de la población estudiantil y los programas educativos, de lo difícil de hacer comprender al adolescente los beneficios del saber, etc.
Todo esto me ha trasladado a mis épocas estudiantiles en el paisito, en donde una de las consignas cuando salíamos a la calle era la de alfabetizar a todo el que no sabía leer y escribir cuando se diera la victoria. No era un secreto que a la derecha le convenía o le conviene más un pueblo sin educación ya que se vuelve manejable, influenciable, dócil y más barato con lo que respecta al costo de la mano de obra.
Con el triunfo del FMLN se sabía de antemano que no se iba a tocar la estructura económica, ya que fue una victoria electorera y no una victoria revolucionaria, las instituciones que salvaguardaban el modelo liberal quedaron intactas y la gestión del primer gobierno del frente se limitaría a reformas cosméticas, mas tirándole a la forma que al fondo.
Teníamos sin embargo una gran fe que al no poder cambiar el sistema económico vigente, si se podría llevar a cabo una gran inversión en la educación del pueblo, ya que como dije antes, uno de los principales objetivos de toda revolución verdadera es la de alfabetizar al pueblo, por que el nuevo hombre no solo deberá nutrirse de pan sino también de conocimiento, pues al través del saber vendrá su ultima liberación.
Un ser humano que sepa leer y escribir tendrá mayor oportunidad de ubicar su entorno y de purificar su realidad por el filtro del conocimiento. Eso debe ser para mí, la meta de la educación.
Parafraseando una de las estrofas de la canción de Silvio Rodríguez El Escaramujo: “si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo,” parecería que en el paisito el aprender ya no es ni un derecho, ni un izquierdo y mucho menos un ambidextro y la tan anhelada campaña de alfabetización sigue durmiendo el sueño de los justos.
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