Una Antorcha Encendida.

El triunfo de Chávez en el pasado referéndum significa para la izquierda latinoamericana una razón mas para seguir trabajando por una Latinoamérica integrada, que avance hacia la eliminación de la pobreza y el analfabetismo político bajo la conducción de nuevos revolucionarios que han sabido conjugar la noción clásica del socialismo con un populismo mas apegado a las necesidades singulares de cada país.

Chávez se ha convertido en el eslabón que une a la vieja guardia revolucionaria que planteaba la consecución del poder a sangre y fuego eliminando desde la raíz el árbol podrido del capitalismo, con una nueva clase emergente de jóvenes políticos he intelectuales que ven en el juego electorero una opción mas segura y menos sacrificada.
El problema con esta última clase de políticos es que han mantenido una actitud pusilánime cuando las fuerzas neoliberales se conjuran para reprimir, desprestigiar y descarrilar todo intento de revolución democrática de los pueblos de America Latina. A estos, Chávez les resulta “incomodo” y ”peligroso”, por su discurso frontal, crudo, poco elegante, gritón, etc.

A mi juicio es aquí donde radica la importancia de Chávez, por que se ha convertido en la voz del movimiento revolucionario, alguien que no se queda callado ante los embates propagandísticos y subversivos del neoliberalismo en contra de los gobiernos de izquierda elegidos democráticamente. Ese puesto que dejo vacante la jubilación de Fidel, Chávez ha venido a llenarlo con un recargado entusiasmo.

Para el FMLN este triunfo viene a ser una señal que el nuevo gobierno Norteamericano ha cambiado su política intervencionista, ya no fluirá el dinero ni las declaraciones demagógicas de funcionarios de la embajada en favor del partido arenero. Viene a neutralizar la campaña arenazi que vinculaba al frente con Chávez, por que hoy Chávez es un triunfador elegido por la MAYORIA DEL PUEBLO VENEZOLANO, CHAVEZ GANO Y GANO POR BASTANTE y no creo que arena siga asociando al FMLN a un triunfador, hoy esa sería una campaña muy arriesgada. Nos enseña a nosotros los salvadoreños que los pueblos latinoamericanos se están recuperando de la resaca neoliberal, que no estamos solos en esa lucha, que otros pueblos hermanos nos esperan para caminar juntos la senda de la victoria, iluminada por una antorcha encendida.