domingo, 14 de marzo de 2010

Sábado de Cenizas.



Una tarjeta telefónica desafiando el silencio.
Tú desnudes resquebrajando la penumbra.
Presagios de otra noche subversiva.
Donde el reloj no crucificara las horas
si no las veces que morimos.

martes, 9 de marzo de 2010

El Día de San Romero de América.



Se tardaron 30 años los políticos salvadoreños para instituir un día dedicado a San Romero de América. A lo mejor es este, uno de los signos positivos (porque hay otros signos, confusos, por así decirlo) del cambio que se está gestando en el paisito.

Cuando gobernó arena era impensable algo así, es más, hasta tuvieron la osadía los asesinos materiales e intelectuales de Monseñor de erigir un monumento al personaje más oscuro de la patria, al responsable directo del martirio del Santo de América.

Pero ese día, la conmemoración no debe enmarcarse solo en la vida de monseñor o en el martirio del pastor, debe de simbolizar la generosidad de otros que también dijeron aquí estamos, que también, como luciérnagas, trataron de alumbrar la eterna noche de la injusticia y que fueron apagadas en la plena flor de la vida.

El 24 de Marzo debe ser un día de reflexión de lo que significa ser “la voz de los sin voz” y levantar esa bandera de denuncia en la que murió arropado nuestro arzobispo, debe ser un día para recordar contra que y contra quienes se lucha en este país, debe ser un día para reflexionar estas palabras de monseñor:

"El mal es muy profundo en El Salvador, y si no se toma de lleno su curación, siempre estaremos -como hemos dicho- cambiando de nombres, pero siempre el mismo mal (Homilía 23 de octubre de 1977, I-II p. 285)"

Así sea…