
El titulo del escrito lleva implícito rescatar la influencia que el padre Rutilio Grande tuvo en la conversión de monseñor Romero en una voz de denuncia mas activa. Muchas veces la magnitud de un hecho histórico como fue la vida y martirio de San Romero de America es como si admirásemos solamente la belleza de la rosa y pasáramos por alto la fertilidad de la tierra en que crece y del humus del que esta se alimenta.
El padre Rutilio gran amigo de monseñor Romero, desde mucho antes había adoptado la opción preferencial por los pobres, línea liberal de la iglesia católica que bajaba a Dios de las “hamacas del cielo” (palabras del padre Rutilio) y lo ponía a caminar y convivir en el reino de los pobres, su caldo de cultivo.
El padre Rutilio fue el precursor de una nueva iglesia convertida, comprometida a despertar en los más necesitados su sentido de dignidad en la luz de que también ellos eran hijos del mismo Dios (“Un Padre común tenemos, luego todos somos hijos del mismo Padre, aunque hayamos nacido del vientre de distintas madres. Luego todos somos hermanos"). Pero las conversiones a veces nos cuestan la vida y en El Salvador de esos años era sentencia de muerte. De ahí que no hay iglesia mas sacrificada, mas martirizada en la época moderna que la iglesia salvadoreña de los pobres.
Este día Monseñor Romero cumple 29 años de haber sido martirizado, un día después de haber pronunciado su homilía de fuego en la que fragua su condición de pastor de los más humildes y vulnerables de su grey.
Cuando el alma y la conciencia conquistan el temor a la muerte se esta mas cerca de la vida eterna. San Romero de América es el vivo ejemplo de esta afirmación hoy mas vivo que siempre.
Monseñor al principio de su ministerio podríamos decir que fue un cura conservador, era exactamente lo que todos querían que fuera, un obispo apegado a las enseñanzas de la Biblia, sin ninguna intervención en la realidad con la que día a día tenía que vivir el pueblo pobre. El martirio del Padre Rutilio fue el que hizo que Monseñor Romero palpara he hiciera propia la realidad de ese pueblo.
Monseñor dio su vida por los que no tenían voz, fue amenazado de muerte muchas veces, sin embargo se mantuvo fiel al ministerio de la fe, nunca tuvo guardaespaldas, ni carros blindados. Me gustaría imaginar que hiciera Toby y todos esos pastorcitos, fariseos modernos que tapizan la falsedad de su conciencia y de su alma con escrituras bíblicas, si alguna vez recibieran una amenaza igual.
Definitivamente Marzo es un mes trágico y enlutado en lo que se refiere a la perdida de constructores de la justicia, conocidos, menos conocidos y anónimos, pero poco a poco y a la raíz de la reciente coyuntura, parecería que el pueblo salvadoreño con la ayuda de esas antorchas encendidas va encontrando el sendero que le ayude a salir de la oscura caverna de los salvajes.